TOKIO, 24 abr (Xinhua) -- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, asumió hoy en Tokio un compromiso con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, de que las disputadas Islas Diaoyu entre Japón y China entran en el tratado de seguridad Estados Unidos-Japón, sin embargo, el compromiso podría convertirse en un riesgoso factor desencadenante de guerra en las manos del líder japonés de línea dura.
El presidente de Estados Unidos se convirtió con renuencia en el primero en asumir ese compromiso en público, al verse forzado por las repetidas solicitudes de Japón. Sin embargo, Obama minimizó rápidamente la obsesión japonesa cuando dijo que el compromiso no es nada nuevo porque el tratado de seguridad existía aún antes de que el presidente naciera.
En el quinto artículo del tratado de seguridad Japón-Estados Unidos firmado en 1960, Estados Unidos tiene la obligación de ayudar a defender a Japón cuando áreas bajo la administración japonesa sean atacadas.
No obstante, en esa época incluso todo Okinawa estaba bajo la ocupación de Estados Unidos y esa prefectura japonesa difícilmente podía ser considerada bajo la administración de Japón, sin mencionar a las Islas Diaoyu, que son territorio inherente de China.
Sin embargo, cuando entregó Okinawa a Japón en 1972, Estados Unidos secretamente incluyó a las Islas Diaoyu de China en su encubierto acuerdo con Tokio. Esa es la razón por la cual los sucesivos gobiernos de Estados Unidos se han abstenido de tomar partido sobre el asunto de la soberanía de las islas. De forma similar, Obama reiteró hoy esta posición del gobierno de Estados Unidos a pesar de su compromiso de defensa.
No obstante, el compromiso de Obama se convirtió en un obsequio inesperado para Abe. El líder japonés parece creer que el compromiso de Estados Unidos lo alentará a tomar acciones militares en desafío a la Constitución pacifista de Japón, tales como el levantamiento de la prohibición de exportación de armas y al ejercicio del derecho a la defensa colectiva, así como el envío de Fuerzas de Autodefensa al exterior.
Todo mundo sabe que desde que China y Japón normalizaron sus relaciones diplomáticas, los dos países lograron un consenso político de reservar las disputas sobre las Islas Diaoyu. Pero la administración de Abe y las fuerzas derechistas de Japón se apartaron del acuerdo de caballeros entre los dos países y tomaron acción unilateral al nacionalizar las islas en un intento por activar el tratado de seguridad entre Japón y Estados Unidos y cumplir la ambición política y militar del grupo derechista en el gobierno.
Abe, carente de escrúpulos, avanza por un camino de desafío del orden internacional de posguerra y para convertir a Japón en un "Estado normal". Por lo tanto, el compromiso de defensa de Obama dejará a Estados Unidos secuestrado por las fuerzas derechistas de Japón y convertirá a la alianza militar entre Japón y Estados Unidos en una máquina de guerra que amenaza la paz y la estabilidad en la región de Asia Pacífico y del resto del mundo. Eso obviamente no es lo que el presidente Obama pretendía cuando asumió el compromiso.