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Artista congoleño fusiona naciones con el pincel |
Pekín, 02/01/2014(El Pueblo en Línea)- En un patio de Kansas en 1979, cuando jugaba con otros niños, Theodore Jonas Akonga hizo un descubrimiento que determinaría el curso de su vida adulta.
Recién llegado a Estados Unidos, el niño de 7 años de lo que antes era Zaire, ahora conocida como República Democrática del Congo, sufrió distanciamiento de otros niños por la barrera idiomática y cultural.
En ese lugar solitario, Akonga encontró su voz y su vocación.
Habló con sus compañeros de juego, no en la lengua de su patria africana, sino a base de dibujos, líneas y señales gráficas.
"Cogía un lápiz y dibujaba lo que quería decir", recuerda Akonga. "Así es como comencé a usar el arte para comunicarme con las personas".
Es una habilidad que todavía utiliza el ya adulto de 42 años en Pekín.
"Hice lo mismo cuando llegué a China en 2003", dice.
Pinceles y pinturas se han convertido en las herramientas de comunicación de Akonga, junto con el inglés y el mandarín. Emplear el arte para transmitir lenguaje y cultura se ha convertido en su profesión, así como su pasión.
En noviembre, su trabajo formó parte de una exposición de varios artistas en la capital sobre pinturas, dibujos y fotografías de africanos que viven en China.
Akonga llegó a China con una beca para estudiar en la Academia Central de Bellas Artes. Está a punto de terminar su doctorado, y su lugar de estudio es un derroche de color y formas, una mezcla de simbolismo chino y africano.
"Pinto inspirándome en los caracteres chinos", dice.
En una obra, pintó el carácter chino de "puerta" (men) con un toque de estilo de África.
"En mi país tenemos una expresión - para hacer las cosas bien, tenemos que entrar y salir por la puerta, no por la ventana".
Entre otras pinturas en su lugar de trabajo está su autorretrato, con la Gran Muralla tanto en su camisa y como en el trasfondo. Es una manera de expresar que mantiene su identidad cultural estando en un país extranjero.
Es uno de los dos cuadros en la sala que no están a la venta.
El otro es su favorito, un cuadro abstracto en rojo y oro titulado ”Convicción”. A diferencia de sus otras obras, que han evolucionado el tiempo, esta pintura fue fruto de un frenesí repentino, de una inspiración del momento.
Akonga está contemplando volver a su patria africana cuando termine sus estudios el año que viene. Ha traído algo de África a China, y ahora espera llevar algo de China a África.